Recuerdo aquel día, aquel momento en el que lo ví por
primera vez, la mirada de sus ojos claros me atrapó desde el primer día, me
cautivó como hasta hoy lo sigue haciendo. Se apoderó de mi corazón y de mi
mente en pocos minutos, y ya no pude sacarlo de mi pensamiento, sigo sin
explicarme cómo puede producir tantas emociones en mi. Él, es el único que hace
que llore riendo y que ría llorando. Él, es el niño de mis ojos, y a pesar de
que nos enfadamos, a pesar de que discutimos, de que tengo que ceder algunas
veces ante sus caprichos, él se ha apoderado de mi y ha invadido la caja de mis recuerdos, él sabe
hacerme sentir feliz como ninguna otra persona; es tan importante en mi vida, quizás imprescindible,
pero me pregunto ¿Para quién no es importante un hermano? Los mayores, te
enseñan, han aprendido tanto sobre la vida, desde lo cotidiano hasta lo que
para ti es indescifrable, saben todo de tu familia y siempre te sirven
de apoyo. Los menores, son tu motivación, la alegría que llevan dentro te
invade en cada momento de tristeza, te enseñan a ser felices sin necesitar ningún
motivo en especial, a disfrutar de las cosas sencillas, te dan la oportunidad
de cuidarlos más que a ti mismo, te hacen sentir importante por la admiración
que ves en sus ojos cuando respondes a
sus sencillas preguntas, te hacen reir a carcajadas con sus ocurrencias. Un
hermano es un confidente, una persona que sabes que siempre estará ahí, una
persona que lleva algo de ti mismo, y
que por lo mismo te suelen entender como nadie más lo hace, una persona que se
preocupa por ti, que te protege, que es tu mano derecha y gran parte de la
izquierda, una persona que te escucha, te aconseja y te presta su hombro para
llorar o apoyarte en él, que te consuela en tus tristezas y ríe contigo en tus alegrías.
Un hermano es un regalo maravilloso que cuando llega a tu vida te la cambia por
completo.
Te quiero, JD.
Buena Suerte, Chicos.
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